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Pala con puntas de metal de Sex&Mischief. Azota a tu pareja y disfruta de la práctica del bondage.
El látigo es uno de los juguetes sexuales más buscados por el nivel de excitación y morbo que surgen al pensar en los usos que se le pueden dar. Si todavía no tienes uno, una muy buena opción es el Sex & Mischief Riding Crop Látigo Azotador.
Recuerda que el daño que causarás a la pareja con el látigo dependerá de la zona en la que se realizan los golpes, así como la intensidad con la que son ejecutados. Se recomienda comenzar con golpes suaves que permitan despertar el deseo y alejar los miedos que puedan presentarse en el momento.
Sin embargo, no todo debe ser dolor. El extremo opuesto del látigo puede ser utilizado para acariciar suavemente las zonas erógenas de la pareja, además de generar cosquilleo y sensaciones nuevas por todo el cuerpo.
Lo ideal es establecer, previo el acto sexual, un código que permita a ambos sentirse cómodos ante las nuevas experiencias. De este modo se evitan situaciones que puedan acabar con el momento de placer, o incluso generar malestar en alguno de los miembros de la pareja.
El Sex & Mischief Riding Crop Látigo Azotador puede tener más usos de los que esperas siempre y cuando pongas a volar la imaginación.
Si es la mujer quien ejerce el rol de sumisa, puedes hacer uso del extremo opuesto para explorar su zona intima, o incluso masturbarla si ambos están dispuestos.
El objetivo de incorporar este tipo de elementos durante el acto sexual es hacer de la experiencia una situación diferente, donde los protagonistas se desconozcan entre sí, y de este modo dar paso al descubrimiento de los cuerpos y gustos de cada uno.
En los inicios el látigo era considerado un tabú dentro del sexo. Pero cada vez más las parejas se dan cuenta de la importancia que tiene el uso de nuevos juguetes sexuales que mantengan el interés carnal.
Este tipo de juguete es utilizado sobre todo para golpear el trasero de la pareja, ya que a muchos el color enrojecido de la piel despierta la morbosidad y la excitación. La idea es mantener una mente abierta a nuevas experiencias sexuales, y descubrir más placeres en ese proceso de exploración.
